Oceanos en otros mundos
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La Tierra. Un mundo dominado por agua. Trillones de litros fluyen libremente a través de la superficie de nuestro planeta azul-verdoso. Aunque alguna vez pensamos que los océanos hacían que nuestro planeta fuera único, ahora nos estamos dando cuenta de que los “mundos oceánicos” nos rodean.
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Nuestro planeta conserva su atmósfera y su abundancia de agua líquida gracias, en parte, a un campo magnético muy fuerte que brinda protección contra el viento solar. Sin este campo magnético nos quedaríamos sin nuestra atmósfera y el punto azul pálido se parecería más a… ¿uno de nuestros vecinos? Los científicos creen que los primeros océanos de Venus se evaporaron. Sin agua en la superficie se acumuló el dióxido de carbono en la atmósfera, lo que dio como resultado un efecto invernadero incontrolable que creó las condiciones que existen en la actualidad. Del mismo modo, parece que hace mucho tiempo Marte pudo haber tenido océanos. Pero el campo magnético global del Planeta Rojo se deterioró dejándolo vulnerable a la erosión atmosférica causada por el viento solar.
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Más lejos del Sol, donde hay temperaturas que están bajo zero en los limites exteriores del sistema solar, parece imposible que exista agua líquida. Sin embargo, no solamente existe, ¡sino que en ciertos lugares puede ser más abundante que en la Tierra! Alreadedor de Júpiter están orbitado por lo menos tres lunas que contienen océanos: Europa, Ganímedes y Calisto.
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Europa está atravesada por grietas y fracturas semirectangulares que parecen tempanos de hielo sobre su superficie. Debajo de esos tempanos móviles, los investigadores creen que hay un vasto océano abajo de la corteza de hielo, calentado por las fuerza de friccion entre las mareas de Júpiter y Europa. Europa contiene casi el doble de la cantidad de agua de la Tierra. En 2014 y 2016, el Telescopio Espacial Hubble observó lo que parecen ser plumas de vapor de agua que erupcionan de grietas ubicadas cerca del polo sur.
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Fotografías de Ganímedes captadas por la sonda espacial Galileo muestran flujos antiguos de hielo en su superficie. Es más, el telescopio Hubble observó las auroras de Ganímedes y descubrió señales que sugieren que hay un océano de agua salada. Escondido debajo de una gruesa corteza de hielo, el océano de Ganímedes podría albergar hasta cuatro veces más agua que todos los océanos de la Tierra combinados. Calisto también parece poseer un océano de agua salada debajo de la corteza de hielo, y revela su presencia por los efectos que Calisto tiene en el campo magnético de Júpiter.
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En el año 2005, la nave espacial Cassini de la NASA descubrió que en la luna Encelado de Saturno emanaban abundantes plumas de vapor de agua y compuestos orgánicos a través de las fisuras (ahora conocidas como las “rayas de tigre”) en su congelada corteza. Desde entonces y con frecuencia, Cassini ha volado a través de la plumas y ha descubierto granos de nanosílice y la presencia de hidrógeno molecular; ambos sugieren el movimiento de agua calentada en el lecho marino de la helada luna o focos hidrotermales. Otra evidencia que aportó la sonda Cassini ha convencido a los investigadores de que Encelado posee un océano global debajo de la superficie que es ejeccionado hacia el espacio a través de estas “rayas de tigre” o fracturas. ¡El Anillo “E” de Saturno, el segundo anillo más externo del planeta, se formó de esta agua y de este hielo! La luna más grande de Saturno, Titán, posee un paisaje salpicado con lagos y mares. El líquido que hay sobre la superficie de Titán, sin embargo, no es H2O. Los investigadores creen que el líquido que esculpe la superficie de Titán es una mezcla compuesta principalmente de metano con pequeñas cantidades de etano, y otros hidrocarburos difíciles de congelar. Otros cuerpos alrededor del sistema solar también muestran signos de agua líquida.
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En 2014, científicos que utilizaron el observatorio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (European Space Agency, en idioma inglés), detectaron vapor de agua que emanaba de dos regiones del planeta enano Ceres. La sonda Dawn (Amanecer, en idioma español) de la NASA llegó a Ceres en el año 2015 y a pesar de que el vapor de agua se había reducido, encontró señales de agua. Ahuna Mons es una montaña helada que aparentemente se formó a partir de repetidas erupciones de agua lodosa y salada. Asimismo, se piensa que los puntos brillantes del cráter Occator en Ceres son depósitos de sal que quedaron del escape y la sublimación de agua salada que fluía por debajo.
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Incluso el distante Plutón puede ser un mundo oceánico. Tal como lo reveló el reciente sobrevuelo de la nave New Horizons (Nuevos Horizontes, en idioma español), los rasgos extrañamente moldeados de Plutón sugieren la presencia de líquido subterráneo.
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A medida que los astrónomos observan más allá de nuestro sistema solar, encuentran exoplanetas que podrían tener océanos. Y tomando como base nuestro sistema solar, estos exoplanetas también podrían tener lunas con océanos. La ubicación del agua dentro de los diversos ambientes de nuestro propio sistema planetario guiará e informará la búsqueda de océanos más allá de nuestro sistema solar.
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Así que la próxima vez que observen nuestro océano, piensen en nuestros mundos vecinos. Ellos pueden tener más en común con nuestro mundo oceánico que lo que alguna vez creímos que fuese posible.
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Para obtener más noticias sobre océanos (en la Tierra y más allá), manténgase conectado con ciencia.nasa.gov.