El Calentamiento Global y el Mar
El calentamiento global provocado por la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono es uno de los impactos más visibles del cambio climático. Estos gases, conocidos como GEI, evitan que los rayos solares puedan salir de la atmósfera, provocando un aumento de la temperatura global.
​
Este aumento de temperatura tiene un impacto sobre nuestros océanos. En primer lugar, produce un calentamiento del agua que está provocando el desplazamiento de las especies desde el sur hacia los polos, además de alteraciones en los patrones generales de migración. Por otro lado, los glaciares del Ártico se están derritiendo creando el aumento del nivel mar y la desaparición del hábitat natural de ciertas especies como los osos polares, morsas o focas.
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
El aumento del nivel del mar provocará la desaparición de ciudades costeras, así como de los manglares que son importantes zonas de cría de alevines de especies marinas. Además los patrones de circulación de las corrientes oceánicas están variando, así como el de los vientos lo que crea fuertes tormentas y lluvias torrenciales.
​
El océano actúa como un sumidero atrapando el 30% del dióxido de carbono que se encuentra en la atmósfera y el 80 % del calor generado por los gases de efecto invernadero. Esto alivia a la atmósfera pero está generando que el océano se caliente y aumente de nivel, además está favoreciendo un proceso llamado acidificación.
​
La acidificación del océano se produce por el aumento de la concentración de dióxido de carbono disuelto en el agua de mar. De este modo se favorece la reacción con el carbonato cálcico causando que el océano se vuelva más ácido. La disminución del ph del océano provoca un cambio en su composición química que tiene consecuencias directas sobre el crecimiento, reproducción y otros fenómenos fisiológicos de las especies que lo habitan.
​
A la vez que el carbonato cálcico disuelto desaparece y no puede ser captado por corales duros, moluscos y crustáceos que lo utilizan para crear sus estructuras y sus conchas. Como consecuencia, estos animales se debilitan y corren riesgos de desaparecer, afectando de este modo a la integridad de las cadenas tróficas a las que pertenecen.
​
Para evitar los impactos del calentamiento global en los océanos tenemos que cambiar el patrón de producción energética global basado en los combustibles fósiles y buscar métodos de producción de energías renovables que no produzcan la emisión de gases de efecto invernadero.
​
​